Las políticas familiares están destinadas a aliviar las cargas familiares y evitar que éstas ocasionen perjuicios económicos, sociales y/o profesionales. Sin embargo, en los países del Sur de Europa se ha mostrado un escaso apoyo a las familias. Como consecuencia, se ha fraguado un modelo sustentado por la sobreexplotación de los recursos familiares, abocando a las mujeres a soluciones imposibles, que suponen un deterioro para el bienestar personal y colectivo. Ante esta situación, se hace evidente la necesidad de impulsar políticas destinadas a la conciliación, pero éstas no siempre tienen los efectos deseados…