A ojos de la sociedad, el cuidado siempre ha sido cosa de mujeres. Siguiendo esta "lógica", en España es habitual ver a las abuelas cuidando de los más pequeños de la casa. Ese apoyo ha permitido a muchas madres y padres sortear las principales dificultades para conciliar, pero esta alternativa de cuidados puede tener los días contados. Y es que ante la llegada de cada vez más mujeres trabajadoras a las edades laborales más avanzadas, son cada vez menos las abuelas que pueden coger el relevo de los cuidados durante la jornada laboral de las madres. Y esta realidad deja sin alternativas a muchas familias con hijos en edad preescolar.
Ante la imposibilidad que cada vez más familias tienen para conciliar los cuidados con el empleo, es momento de ofrecer soluciones fuera del ámbito familiar. Y una de esas soluciones pasa por invertir en escuelas infantiles que sean accesibles para todas las familias. Es por ello que debemos preguntarnos cómo garantizar el acceso a la educación 0-3 en España.
El número de plazas disponibles en educación 0-3 es un 63% inferior a las plazas ocupadas por alumnos de 3 a 6 años.
Las escuelas 0-3 son una de las estrategias de cuidado más efectivas para apoyar el empleo femenino y facilitar la igualdad en las relaciones familiares. Además, la disponibilidad de plazas en escuelas infantiles de 0 a 3 años es uno de los instrumentos políticos más eficaces para promover la natalidad. Sin embargo, la actual oferta de escuelas infantiles de primer ciclo (de 0 a 3 años) es muy escasa.
Podemos hacernos una idea del escaso nivel de desarrollo de la red de escuelas de 0-3 al comprobar que el número de plazas disponibles es un 63% inferior a las plazas ocupadas por alumnos de infantil de 3 a 6 años. Además, como se observa en la tabla 1, además de haber pocas plazas para los más pequeños, es un servicio que está muy privatizado. Y es que cerca de la mitad de la oferta de educación 0-3 está cubierta por centros privados, fuera del alcance de muchas familias.
Tabla 1. Alumnado matriculado en educación infantil por ciclo y titularidad del centro. España, curso 2019/2020
Ante la escasez de plazas públicas en educación 0-3, la mayoría de Comunidades Autónomas ofrecen ayudas económicas a las familias con hijos matriculados en este ciclo educativo. Con estas ayudas se pretende mitigar los costes económicos derivados de la escasa oferta de plazas públicas para la educación de estos menores. Para ello, las familias pueden acogerse a una deducción fiscal sobre las cantidades satisfechas por gastos en estos centros. Como se detalla en la siguiente tabla, cada Comunidad Autónoma establece una cuantía límite a deducir y un límite de acceso según nivel de renta.
Tabla 2. Deducciones autonómicas por gastos de educación infantil aplicables en el ejercicio 2020
En muchas de estas CC.AA. el nivel de renta establecido como límite para acogerse a estas ayudas es superior a 25.000€ en declaración individual. Por lo que, teniendo en cuenta que este límite es muy superior a la renta media de estas comunidades, hay una amplia población potencialmente beneficiaria.
Sin embargo, como demuestran algunos estudios, las ayudas en forma de deducciones fiscales tienen un escaso impacto redistributivo. O dicho de otro modo, las familias con rentas más bajas son las que menos se benefician de este tipo de medidas. Esto hace que las deducciones fiscales estén muy lejos de garantizar el acceso a la educación a los menores de 3 años. Y es que, debido a que estas familias están exentas de realizar la declaración de la renta por insuficiencia de ingresos y a que existe un amplio desconocimiento sobre los conceptos que desgravan en cada Comunidad Autónoma, son muy pocas las familias con bajos ingresos que finalmente acaban accediendo a este tipo de ayuda.
Las deducciones fiscales están muy lejos de garantizar el acceso a la educación a los menores de 3 años
Otra cuestión a destacar es que el coste anual de un centro 0-3 privado es muy superior a las cantidades desgravables. Además, el hecho de que para desgravar haya que realizar previamente el desembolso de dicho coste hace que esta medida sea insuficiente para garantizar el acceso a la educación infantil de muchos menores de 3 años.
Y es que, aunque los sistemas de puntuación dan prioridad a las familias más vulnerables, con la escasez de plazas públicas, muchas se quedan fuera. Por lo tanto, mientras no haya plazas suficientes, necesitamos ayudas específicas para garantizar el acceso a la educación a los menores de estas familias. Y es que no podemos olvidar que los centros infantiles no solo son un recurso de conciliación para las familias, sino que, sobre todo, son un recurso educativo con efectos positivos en el desarrollo social y cognitivo de los menores. Por ello, si queremos obtener el mayor beneficio social de este servicio, debemos garantizar el acceso a la educación 0-3 a todos los menores de edad, como sucede en los siguientes niveles del sistema educativo.
Se podría garantizar el acceso a la educación 0-3 mediante prestaciones económicas para las familias más vulnerables
Si bien la medida más eficaz para garantizar el acceso a la educación sería contar con una amplia red pública de centros 0-3 –objetivo que el Gobierno se ha marcado cumplir–, según estimaciones de Esade y Save the Children, para alcanzar la universalización habría que crear 39.000 plazas anuales durante una década, por lo que garantizar la accesibilidad requiere su tiempo. Mientras tanto, una posible alternativa sería ofrecer transferencias monetarias directas a las familias más vulnerables.
Podemos tomar como ejemplo más próximo a esta propuesta el caso de Castilla y León, que ofrece subvenciones para financiar los gastos en centros infantiles de menores de cuatro años para las familias que no presentaron declaración de la Renta por no estar obligadas. En este caso, se subvenciona el gasto de la escuela infantil abonado previamente, con un límite máximo de 1.320 € por solicitante. Sin embargo, en el caso de las familias más vulnerables podría resultar más apropiado financiar el coste educativo con antelación.